Cambiar la estrategia

Urge cambiar la estrategia.

No estamos enfrentando a un grupo político, que negocie, que cumpla reglas, o que honre su palabra.

Enfrentamos a una, más que probada, organización delictiva, que se ha apropiado ilegítima e ilegalmente de la nación, de su patrimonio, de la riqueza pública y privada.

A esta organización delictiva le importa muy poco o nada el bienestar de la gente. No se inmuta con el dolor del hambre, de la precariedad de la salud, el desgarramiento social, la perdida de la esperanza de una vida digna. Por el contrario, concibe a las personas como un estorbo. Mientras menos gente, mejor para ellos.  Les da igual que la gente muera o que emigre.

Tampoco les importa la productividad nacional, ni que ninguno de los servicios funcionen o funciones a medias. Ni siquiera el petróleo les preocupa, por más alto que estén sus precios. Es que casi toda la renta petrolera se la debemos a China y otros países forajidos. También han hipotecado nuestras reservas minerales. La economía ya no existe sino un remedo de lo que antes era.

Al régimen chavista no le molestan las huelgas, ni los paros, ni las protestas aisladas. Ni siquiera el hecho de que su ideología miserable esté cada vez más desprestigiada. Pueden ganar cuantas elecciones les vengan en gana convocar. Su “revolución” es cada vez más una pantomima propagandística, mediocre, patética y decadente.

Y nada de esto le preocupa, porque esta organización delictiva autodenominada “chavismo” vive de la delincuencia y de la corrupción. Fuente de sus groseras y cuantiosas fortunas.

Es importante repetirlo: no son políticos, son delincuentes. Y como tales, actúan.

Es por ello determinante cambiar la estrategia.

¿Pero quiénes deben cambiar de estrategia?

En primer lugar, los partidos políticos opositores, sobre todo sus militancias y dirigencias medias. En Venezuela, hay más partidos que doctrinas, algo que no tiene mucho sentido, lo cual dispersa los esfuerzos. La nueva estrategia debería proponer refundar los partidos en pocos partidos, fundiéndose en doctrinas comunes. Y a medida que se refundan, concentrarse en preparar le rebelión cívica que permita a la gente hacerse con los poderes locales y regionales, sobre la base de un programa básico, sencillo y elemental, pero democrático e institucional.

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Tanto en las acciones de calle del 2014 como del 2017, se notaba ya un desgaste en cuanto a la participación de la ciudadanía en forma de activistas políticos, y en su lugar preferían afrontar las protestas sin banderas, gorras o franelas de que hicieran alusión a los partidos. Imagen cortesía de utopialapalabra.blogspot.com.

En segundo lugar, y en paralelo, las organizaciones gremiales y sindicales. Luchar por siempre rezagados aumentos de sueldo es ineficiente. Agotadoras luchas que terminan en despilfarro de esfuerzos y en el deterioro de la confianza en sus líderes. Liderazgo, por cierto, sumamente desgastado por la estrategia chavista de suspender elecciones gremiales, sindicales y universitarias. Del “ombliguismo” sindical debe pasarse a la alta política. Este no es momento de pedir ni suplicar magros aumentos de sueldos. Es el momento de enfrentar al régimen delincuente, a su modelo corrupto y corruptor y a su tóxica y empobrecedora ideología populista.

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En Venezuela las protestas de los sectores gremiales han aumentado de forma abrupta en los últimos meses, producto, entre otras cosas, de la terrible inflación que azota los ya depauperados sueldos de los trabajadores. Una muestra de ello se ve reflejado en el sector de la salud, que hoy contabilizan más de un mes en protestas de calle, sin ser atendidas si quieras sus requerimientos. Imagen cortesía de razon.com.mx.

En tercer lugar las universidades, porque éstas son espacios por excelencia para el conocimiento y la inteligencia, que están comprometidas por ley a cumplir su rol de gran orientador nacional. Las universidades no son fábricas de graduar estudiantes, son instituciones de conocimiento que forma profesionales. Públicas o privadas, son patrimonios esenciales de la nación, que representan y nos representan a todos. La nueva estrategia sería convertirlas en un espacio de encuentro para la acción, de todas las organizaciones partidistas, gremiales, sindicales, estudiantiles y populares. Paralizar las universidades con huelgas inútiles o dejarlas vegetar son las peores opciones. Se debe presionar para democratizarlas, pues el régimen chavista ha decidido mantener sus autoridades de períodos vencidos, cuyo comportamiento ha sido, a todas luces, burocrático y aislacionista, que se han dedicado a fingir que éstas funcionan, cuando la realidad es que han colapsado en instituciones devastadas y desiertas.

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Las universidades venezolanas han decaído tanto en la calidad de la educación que imparte en las aulas como en la participación del estudiantado en los programas de investigación y desarrollo, convirtiéndose dichas instituciones en un reflejo fiel del país en todos sus aspectos. Imagen cortesía de elucabista.com.

En cuarto lugar, a las ONG’s y otros muchos movimientos sociales y cooperativos del país. Hasta ahora han cumplido en rol estelar en las denuncias de violación extrema de derechos humanos, políticos, sociales y del estado de derecho. La nueva estrategia sería continuar haciéndolo, pero ahora reagrupadas en un solo bloque de defensa para la sobrevivencia de nuestra nación, amenazada con el exterminio de la barbarie de la delincuencia chavista.

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Las ONGs han cumplido una labor esencial en defensa de los derechos humanos en el país, y sobre todo, de aquellos sectores más vulnerables que sin tener los recursos para cubrir los gastos de, por ejemplo, un abogado, dichas organizaciones han prestado sus conocimientos y servicios para apoyar y asesorar a cientos de venezolanos que, en el reclamo de sus derechos (o no), han sido victimas de injusticias por parte de las organizaciones delincuenciales del régimen. Tal es el caso del Foro Penal, liderado por Alfredo Romero y Gonzalo Himiob. Imagen cortesía de contrapunto.com

No existe un manual para enfrentar esta horrible tragedia en la que estamos sumergidos los venezolanos. Pero tenemos certeza de que lo que hasta ahora se ha llevado a cabo, no está funcionando. El delictivo régimen chavista continúa intacto y fuerte, resistiendo el creciente aislamiento internacional, pero poderosamente auxiliado por ambiciosas potencias depredadoras como Rusia y China, y con la asesoría ideológica, propagandística y mercenaria de Cuba, un auténtico parásito profesional. Tal como están las cosas, este régimen putrefacto puede prolongarse por años.

Sin escrúpulos, están dispuestos a subastar todo el país para mantenerse por largo tiempo en el poder. Dispuestos a asesinar. Dispuestos a dejar que mucha gente muera de hambre o sin asistencia médica o sin medicinas. Dispuestos a desangrar demográficamente el país, a dejarlo sin profesionales, sin juventud.

La nueva estrategia común puede resumirse en pocos puntos:

  1. Constituir un Bloque de Resistencia Nacional, con nuevos líderes de todos los partidos, gremios, sindicatos y organizaciones sociales. Para ello es esencial la elección de dicho liderazgo en votación abierta, local, regional y nacional.
  2. Declarar a toda la nación venezolana en extrema emergencia.
  3. Desconocer toda legitimidad del actual gobierno-régimen, para exigir al parlamento legítimo, la Asamblea Nacional o al TSJ, actualmente en el exilio, la formación inmediata de un nuevo gobierno de unidad nacional.
  4. Acumular todo el apoyo internacional posible, dando prioridad a la preservación de la vida, la alimentación de los más vulnerables, y por una más firme presión a los representantes corruptos del régimen usurpador y delictivo.
  5. Organizar una nueva ola de protestas masivas a lo largo y ancho del país.

Cierto… No existe un manual. Pero tenemos que diseñarlo sobre la marcha, para nosotros y para otros pueblos igualmente oprimidos por regímenes similares.

Por: Bernardino Herrera León

http://orcid.org/0000-0003-4790-8588

@herreraleonber

herrerabernardino@gmail.com

Historiador y comunicólogo. Investigador docente, ININCO, FHE-UCV.

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Cambio Universitario. Julio, 2018

https://cambiouniversitario.wordpress.com/

Caracas, Venezuela: Universidad Central de Venezuela (UCV).

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