Venezuela en el tránsito de una nueva etapa

Para el mes de diciembre del 2018, cuando se asomaba el comienzo de un nuevo año legislativo en Venezuela y, con él, la posibilidad de una renovación de la presidencia de la Asamblea Nacional (AN), único poder que, ante la crisis que vive el país, es reconocido como legítimo en estos momentos por la comunidad internacional, no existía la figura clara de quien podía asumir dicha responsabilidad. El pacto de alternabilidad de los principales partidos de la coalición opositora, le otorgó el primer año a Acción Democrática (AD), en manos de Henry Ramos Allup, la presidencia de la AN, el segundo a Primero Justicia (PJ) de la mano de Julio Borges, hoy en el exilio, el tercero al casi invisible Omar Barboza de Un Nuevo Tiempo (UNT), y este año le tocaba, en teoría, a Voluntad Popular (VP), como finalmente sucedió. Se reconoce al partido naranja, fundado por Leopoldo López, casi ilegalizado por el chavismo, como el que ha demostrado una línea más combativa contra el régimen, al punto que mucho de sus líderes hoy se encuentran presos o en el exilio. Esta situación interna dentro de VP hizo crecer en la ciudadanía cierto sentimiento de escepticismo acerca de quién debía asumir la presidencia de la AN por parte de este partido, y en medio de ese mar de dudas, surge el nombre de Juan Guaidó, que muchos, incluyéndome, que durante las protestas del 2017 me lo topé una noche en una popular farmacia ubicada en Las Mercedes, Este de Caracas, no lo creía capaz de asumir semejante responsabilidad. No obstante, en una tertulia familiar acerca de temas políticos le dije a mi madre «pues si le toca, que asuma su responsabilidad».

¿Quién es Juan Guaidó?

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Juan Guaidó en la juramentación pública a la presidencia interina de la República el 23 de enero. Foto cortesía de ABC.

Joven de 35 años, oriundo del litoral varguense. Ingeniero Industrial egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), con estudios de postgrado en Gerencia Pública en la George Washington University/UCAB y en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), llega como diputado a la Asamblea Nacional representando al Estado Vargas. Es miembro fundador de Voluntad Popular y formó parte del movimiento estudiantil del 2007. Entre tantos aspectos positivos que están a favor de Guaidó, está su origen humilde, ha logrado superarse gracias a su propio esfuerzo, no se le conocen fortunas ocultas ni negocios oscuros, es una persona joven y, en general, es una persona decente, de buen y calmado verbo y muy importante, de formación filosófica que parece orientada a confrontar la opresión y el totalitarismo en momentos de alta tensión. También, algo que llama la atención, aparte de su anonimato y su formación, es que cumple con esas características de muchos liderazgos que en estos momentos ejercen la función de Estado, tales como Justin Trudeau, Emmanuel Macron, y Sebastian Kurz, entre otros que vienen emergiendo. Juan Guaidó en tan sólo dos semanas, ha logrado convertirse en un verdadero fenómeno dentro de Venezuela e incluso en las redes sociales, gracias a su capacidad para llegar con palabras certeras a los venezolanos, gracias al gran apoyo internacional que sin duda trabajó y, sobre todo, su valor para asumir las funciones que constitucionalmente tenía que asumir. Si Guaidó puede conducir el país, de forma más o menos solvente para sacarlo de la crisis, a la vez que desaloja definitivamente al chavismo del poder, podría convertirse en el hombre de Estado que tanto los venezolanos hemos buscado.

Despejando las dudas ¿Lo de Guaidó fue un Golpe de Estado?

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El ex-presidente Hugo Chávez en su locución final, dónde señala a Nicolás Maduro como su sucesor. Foto cortesía de bbc.co.uk.

Lo primero, si en Venezuela hay alguien ilegítimo, ese es Nicolás Maduro Moros, quien desde el primer momento en que Hugo Chávez lo señala como su sucesor y se marcha a morir a Cuba, todo ha sido ilegal. Quien debía asumir las funciones de gobierno para ese momento como Presidente Encargado y culminar el mandato del moribundo Chávez, nos guste o no, era Diosdado Cabello, presidente de la AN para ese momento, pero aún así, fue Maduro quien asume el cargo de forma ilegal e irresponsable, de ahí en adelante todo ha sido fraudulento. Posteriormente, cuando se llama a elecciones producto del vacío de poder ante la muerte del dictador Chávez, Maduro, si es que era legal su presidencia, debía renunciar al cargo para ser candidato, pero no, siguió usurpando la presidencia y a la vez fue candidato. Usó a placer los recursos del Estado para hacer campaña electoral, violó cuantas veces quiso la ley electoral, utilizó a colectivos armados para intimidar a la población civil, manipularon a placer el Registro Electoral Permanente (REP), como si fuera poco lo anterior, le robó las elecciones obscenamente a Henrique Capriles Radonski, prometió a la comunidad internacional una auditoría de los votos y sólo mostró un chorizo sacado de una máquina electrónica del CNE, asesinó a ocho venezolanos cuando salieron a protestar por el fraude, y no contento con eso, cuando le exigieron su partida de nacimiento para verificar su nacionalidad, simplemente se negó a presentarla, puesto que es colombiano. Posteriormente, sus cinco años de desgobierno, han sido tan desastrosos, que muchos venezolanos inocentemente añoran al dictador Chávez, la crisis financiera supera la ciencia ficción, la crisis de salud, de los alimentos, de inseguridad, la corrupción, el narcotráfico, el apoyo al terrorismo, ha hecho de Venezuela el país más pobre de la región y uno con los peores desempeños a nivel global, estamos prácticamente, africanizados, si es que cabe el termino. La represión ha ido en escalada, han asesinado con premeditación y alevosía a cientos de venezolanos en protestas y encarcelado injustamente a miles. Esto ha provocado el desplazamiento de millones de venezolanos, que hoy se encuentran a su suerte en distintos rincones del mundo, escapando de la emergencia humanitaria del país. El detonante a esta situación parte de dos hechos, el primero, la imposición a sangre y fuego de la Asamblea Nacional Constituyente, totalmente fraudulenta e ilegitima, y el segundo, el enorme fraude realizado en las pasadas elecciones presidenciales de mayo del 2018, que hasta la empresa que provee la tecnología, Smartmatic, indicó que mínimo, se inventaron un millón de votos. Pues, el tiempo y las investigaciones demostrarán que en dichas elecciones “presidenciales” no votó ni un millón de personas, y se inventaron hasta 6 millones de votos. Pocos países reconocieron dichas elecciones y le colocaron el diez de enero del 2019, como fecha límite al régimen y a sus colaboradores para deponer su actitud y llamar a elecciones libres con nuevas autoridades, llamado que no atendieron, se juramentaron, y han lanzado de nuevo a sus grupos paramilitares (FAES, CONAS, SEBIN) a la calle a matar a las personas en sectores populares y urbanizaciones del país.

Por su parte, Guaidó, simplemente atendiendo al llamado constitucional, producto de la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro, en sus facultades como presidente de la Asamblea Nacional, asumió las funciones como Presidente (Interino) de la República de Venezuela. No existe mayor interpretación a ello. Lo demás, son intentos desesperados de torcer la realidad por parte de la izquierda trasnochada, enemiga de la libertad y la democracia.

Los acontecimientos

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Las representaciones diplomáticas de Inglaterra, Estados Unidos y Bélgica en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU del sábado 26 de enero para tratar por primera vez el tema de la crisis de Venezuela. Foto cortesía El Comercio. 

Desde el momento en que Guaidó asume la presidencia interina de la República, se monta en el tren de la historia, y hoy, cuando escribo este texto, sábado 26 de enero de 2019, se ha celebrado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Por su parte, el sábado 2 de febrero se pronuncia la Unión Europea (UE), cuyos países que la integran han dado plazo de ocho días al régimen de Maduro para llamar a elecciones libres, de lo contrario, reconocerán como presidente a Juan Guaidó, medida que, a mi parecer, resulta un poco incongruente, ya que Maduro no tiene potestad para llamar absolutamente a nada. Entre tanto, Guaidó, está obligado a enviar señales de poder, así sean simbólicas. La “comunidad internacional” necesita gestos, hechos, no sólo palabras.

Como una de las primeras medidas se propone una Ley de Amnistía para aquellos militares y funcionarios del régimen chavista que decidan dar la espalda a Maduro y apoyar la transición. Vale la pena recordar que muchos de los integrantes del chavismo fueron amnistiados en 1994, luego del Golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992, y miren a donde nos han traído, son reincidentes en crímenes contra la humanidad. Por lo tanto, dicha Ley de Amnistía, que resulta muy general y complaciente, lejos de ser una muestra de astucia, parece una muestra de debilidad, muy negativa, en momentos donde toca ser fuertemente disuasivos ante un régimen que sigue reprimiendo, asesinando y encarcelando.

Otras señales que si resultan positivas, son el estudio para nombrar una nueva junta directiva para la filial petrolera en Estados Unidos, CITGO, para deponer a la nombrada por el régimen de facto de Maduro, la cual se encuentra reunida en las Bahamas preparando una estrategia legal para tratar de mantener el control de la compañía. Los asesores de Guaidó consideran además designar un representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras el Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció que el gobierno estadounidense detallará los mecanismos para que el gobierno interino de Guaidó reciba recursos financieros para su funcionamiento, lo que incluye apoyar con 20MM de dólares en un principio para paliar la crisis de alimentos y medicinas, y dirigir a sus fondos la renta proveniente de la extracción petrolera. También el Senador Republicano Marco Rubio ha anunciado la transferencia del manejo de las cuentas del Estado y las del Banco Central de Venezuela a la administración del Presidente (I) Guaidó, mientras el Departamento de Estado ha aceptado el nombramiento de Carlos Vecchio como encargado de negocios en los EEUU para Venezuela. Esto como parte de la estrategia de conseguir lo más pronto posible apoyo financiero en el extranjero. Otra posible medida, que debería ser analizada muy seriamente, es el nombramiento de cancilleres en aquellos países donde su presidencia interina es apoyada, incluyendo la reapertura de la embajada en Israel, escogiendo como lugar para su sede, la santa ciudad de Jerusalén, solicitando el apoyo de su Primer Ministro Benjamin Netanyahu para el restablecimiento de la democracia en el país y garantizar la seguridad de la región a través de los servicios del Mossad. A estos últimos podría interesar la captura y entrega del terrorista Tarek El Aissami, por ejemplo.

Apoyos

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La imagen de los presidentes republicanos se refiere a una pintura que cuelga en la Casa Blanca en el despacho del presidente Donald Trump donde aparece con otros presidentes republicanos notables en la historia estadounidense. Foto cortesía de The Daily Beast.

Para garantizar la transición, el Departamento de Estado de EEUU ha designado a Elliott Abrams, un ex diplomático norteamericano con mucha experiencia en resolución de conflictos, como el nuevo enviado especial para Venezuela, que según palabras del propio Secretario de Estado, Mike Pompeo, «Elliott será un verdadero activo para nuestra misión de ayudar al pueblo venezolano a restaurar por completo la democracia y la prosperidad de su país». Días antes, Guaidó habría enviado una misiva al Departamento de Estado y a la Organización de las Naciones Unidas, solicitando activar los mecanismos para el envío de ayuda humanitaria a Venezuela. Igualmente, la mayoría de países de Occidente, principalmente los vecinos Brasil y Colombia, han manifestado su reconocimiento y apoyo a la presidencia interina de Juan Guaidó, quien además, cuenta con amplio apoyo de todos los sectores movilizados en rebelión abierta contra el régimen y el grueso de las instituciones de la sociedad venezolana. Vale destacar el encomiable compromiso del Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien ha resultado clave, determinante en todo este acontecer, siendo el primero en reconocer a Juan Guaidó como Presidente Interino, y tejer los hilos para lograr el apoyo de la mayoría de los países dentro del organismo y la conformación de llamado Grupo de Lima.

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Integrantes del brazo armado del grupo terrorista, yihadista y nacionalista palestino Hamás, quienes han manifestado su apoyo al régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro. Foto cortesía de The New Khalij.

Maduro, por su parte, cuenta con el apoyo de Cuba, Bolivia, Uruguay, Rusia y Osetia del Sur. Pero algo que inquieta, no son estos países, sino las organizaciones criminales que han manifestado su apoyo al régimen, que recordemos, tiene más características de un cartel del narcotráfico que de cualquier otra cosa. Dicho apoyo se veía en el horizonte de un posible conflicto armado, pero desde ya, como especie de Estados con cancillerías, el Hezbolá, Hamás y el ELN, han rechazado la injerencia americana y han apoyado a Nicolás Maduro. Faltarían solamente por reconocer al régimen, las organizaciones criminales ISIS, la ETA y el Cartel de Sinaloa, porque las FARC-EP, se sobrentiende, son parte del régimen chavista. Ah, por cierto, también cuenta internamente con el apoyo (por el momento) de la cúpula de la Fuerza Armada Nacional y las megabandas criminales.

El horizonte

El régimen chavista no da muestras de retroceder ni un centímetro, a pesar de la posibilidad de la amnistía, luce torpe, desesperado, pero sigue hacia adelante, mientras las fuerzas que apoyan al gobierno interino de Guaidó, que no son poca cosa, está la potencia bélica más poderosa del mundo, lucen cada vez más determinadas y alineadas a arrancar de raíz al régimen chavista. Lo que se avizora en el horizonte es la caída definitiva del régimen mediante una posible confrontación armada, que podríamos vernos tentados a colocarle una fecha de inicio, pero no una de final, eso dependerá de la capacidad de resistencia del régimen y la determinación de sus aliados a mover filas para proponer una guerra de guerrillas, de desgaste y hacer terrorismo doméstico.

Dios bendiga a Venezuela

Por: Orlando Figuera Márquez

@ofiguera

orlando.figuera@gmail.com

Archivólogo y MSc en Comunicación Social de la UCV

Profesor en la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la Facultad Humanidades y Educación, UCV

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Cambio Universitario. Enero, 2019

https://cambiouniversitario.wordpress.com/

Caracas, Venezuela: Universidad Central de Venezuela (UCV).

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