Más chavismo = más muertes

La controversia que ha generado el tema sobre la cooperación internacional para la resolución del tema Venezuela, hoy víctima de una invasión extranjera por parte de distintos Estados mafiosos como el cubano, el ruso y el chino, además de diversas organizaciones delincuenciales internacionales; en las últimas semanas ha aumentado de temperatura, sobre todo en los canales por los cuales se pueden dar este tipo de debates, por ejemplo, las redes sociales y los medios digitales.

Es conocido, nacional e internacionalmente, que la crisis que vive Venezuela es la peor que haya experimentado país alguno en Latinoamérica, por lo menos, en los últimos cien años. Ya nuestro parámetro como país no es Cuba, si acaso, podríamos vernos en el mismo espejo de Haití, dentro de nuestro ámbito regional. El último reportaje del New York Times que lleva por título “Venezuela’s Collapse is the Worst Outside of War in Decades[1]” hace alusión directa, tanto en relatos como en imágenes, a lo que sufren los habitantes de Maracaibo, Venezuela, a quienes se les ha condenado a vivir una suerte de infierno, quizá, han llevado la peor parte en toda la demencia genocida emprendida por el chavismo contra la ciudadanía. El desastre humano, producto, no de una guerra, sino de la aplicación del “A – B – C” socialista, será materia de estudio para distintas cátedras y líneas de investigación en las próximas décadas, hoy, es necesaria una solución que termine con la causa de la desgracia: el chavismo.

Familias en medio de la penumbra total de forma permanente por la falta de energía eléctrica, seres humanos famélicos en estado de mendicidad, niños en medio de la nada, el mercado de las pulgas, que en otros tiempos era uno de los más variados y coloridos del país, hoy parece una venta ambulante de órganos y carne podrida caldo de cultivo para cualquier tipo de endemias, imágenes de la parálisis y destrucción económica, entre otras, nos invitan a una profunda reflexión. ¿Hasta cuándo los venezolanos deben soportar al chavismo (y a sus colaboradores)?

La desconfianza a los procesos de negociación no es de gratis, o producto de ideas caprichosas que los venezolanos albergan en la mente. Todo lo contrario, es producto de la experiencia acumulada en torno a un conjunto de fracasos sostenidos que involucran la opción de la negociación como método para buscar una solución al problema que viven los venezolanos. Se tiene la sensación de que cada vez que se produce un encuentro entre el chavismo (la usurpación) y el la oposición (hoy gobierno legítimo), el empeoramiento de la vida del ciudadano es exponencial, a la vez que el régimen usurpador avanza sin piedad, de forma intransigente, llevándose por el medio todo lo que encuentra a su paso. Hoy, nuevamente se elige al peor árbitro (Noruega) y a los peores representantes, si es que a alguien representan personajes como Stalin González o Fernando Martínez Mottola.

En la ciencia, las teorías y los métodos adquieren sentido y coherencia sólo cuando intentan resolver problemas, y seguramente, estas teorías y métodos derivarán en nuevos problemas a resolver en el futuro, es decir, la ciencia comienza y termina en problemas. No obstante, esto tiene un aspecto positivo, y es que finalmente el venezolano se ha dado cuenta que esa no es la vía para la resolución del conflicto, seguramente el establishment político también, sin embargo, sus conflictos de intereses no le permiten explorar otras opciones, que quizá los terminen llevando a una situación perder-perder. Acerca de esto, traigo a colación las palabras de Popper (1997) al referirse al proceso de aprender a comprender un problema, y es que no hay manera de hacerlo sino es “tratando de resolverlo y fracasando”. De esta manera, luego de muchos fracasos, el ciudadano ha entendido que esa no es la solución y demanda otra metodología. Por ejemplo, ¿Qué tal si el diálogo no se produce en Noruega, sino en EE.UU., o en Alemania? ¿O en lugar de Mottola y González se envían expertos en negociaciones de Estado? ¿Qué tal si en lugar de negociar unas elecciones o la impunidad del régimen, se negocia su fecha de salida y las condiciones de su salida?

Mientras la gente sufre desde hace dos décadas las desgracias del socialismo chavista, hay quienes intentan torcer la verdad en los “medios de comunicación” y en las redes sociales, haciendo las veces como agentes de distorsión. Lamentablemente, personas que tienen un peso ante la opinión pública, como Moisés Naím, y otros con muy poco peso, como Carla Angola, ambos pertenecientes al mundo de los medios, se han dedicado últimamente a hacer el papel que tanto ellos critican: la policía del pensamiento. Atacan a los venezolanos en el exterior y sus exigencias, catalogándolos de “diáspora digital tóxica”[2]. Esto lo dicen desde el exterior y a través de los medios digitales ¿Quién los comprende?

Mientras tanto, otros con más “horas de vuelo” llaman “Jauría” a quienes levantan su voz contra la insoportable situación:

Tweet Jauria
Imagen tomada de la red social Twitter, en junio, 02, 2019:   https://twitter.com/thayspenalver/status/1128323267700326401

Pero cuando la ciudadanía responde, quienes se denominan “demócratas”, amparados en sus horas de vuelo como periodistas, en las cuales parecen haber perdido la brújula, expresan con gran desprecio lo siguiente:

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Imagen tomada de la red social Twitter, en junio, 02, 2019: https://twitter.com/thayspenalver/status/1129506673851326464

No hay “burdel” que pueda engañar a la opinión pública, que nadie se confunda, aquí están bien identificados los culpables de toda esta tragedia. Que nunca más se repita la infeliz falacia «El Imperio tiene la culpa» o «La culpa de la crisis venezolana es de Donald Trump y las sanciones», ya que esta tragedia es de larga data. Primero con el criminal Chávez, y ahora con su hijo Maduro, muchísimas han sido las muertes, familiares, amigos, etc., todas muy dolorosas, como para dejarnos pintar la cara, ¡BASTA! Dicha infamia se afirma cuando, por un lado, el carnicero Maduro destina cincuenta millones de euros para la compra de uniformes militares y cincuenta y seis millones más para la fabricación de fusiles, y por el otro, Guaidó y su incongruente administración, pagan unos bonos que la misma Asamblea Nacional había catalogado de ilegales por haberse adquirido sin la aprobación del ente legislativo. Dicha secuencia de acciones criminales y obscenas se desarrollan en el marco de una crisis sanitaria y hospitalaria, en la cual niños mueren de forma indolente en el Hospital J.M. de los Ríos en Caracas, a la espera de un trasplante de órgano[3].

Tweet III
Imagen tomada de la red social Twitter, en junio, 02, 2019: https://twitter.com/GabyGabyGG/status/1131733680655880194
Tweet IV
Imagen tomada de la red social Twitter, en junio, 02, 2019: https://twitter.com/mdebarrosf/status/1131558329988390913

No sólo los niños están muriendo, semanas atrás también le tocó, entre otras víctimas de la represión del régimen, a Gustavo Ramayo, estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV)[4]. Ahora bien, Juan Guaidó, teniéndolo todo por ganar, ¿Cómo desperdicia un capital político tan importante, tan sólo en cuestión de horas? Pareciera que poco importan los ciudadanos y sus necesidades, porque hay algo que tiene mayor peso y con lo que tienen un mayor compromiso. No podemos dejar de pensar en que existe una vinculación directa entre tenedores de bonos, sus gestores y aquellos que, desde la esfera política, se prestan para los más oscuros intereses, bajo la máscara de supuestos entendimientos y acciones de piratería política como la “operación libertad”. Nuevamente, la transición se convierte en transacción.

Tal como indica Clark (2019), cuando cita una oración repetida por los Cadetes de West Point que reza Danos el coraje que nace de la lealtad a todo lo que es noble y digno, que desprecia el compromiso con el vicio y la injusticia, y no conoce el miedo cuando la verdad y el derecho están en peligro, “el valor de actuar para el bien y como la autoridad moral es en sí misma la fuente más profunda de poder”[5].

Igualmente, es infame el argumento esgrimidos por algunas personas: «si los americanos nos invaden, quienes apoyan la invasión, deben ir al frente de batalla». Eso sería similar a pedirle a quienes están apoyando el diálogo en Noruega, que donen sus órganos a quienes esperan trasplantes mientras se ponen de acuerdo chavismo y «oposición». Igualmente falaz es, ya que el país se encuentra, como se dijo al principio de este escrito, invadido por factores delincuenciales internacionales. En todo caso, no sería una invasión, sería una redada policial contra delincuentes.

Decir que no queremos ver misiles volando sobre nuestras cabezas, es producto, en parte, de la ignorancia o  de manipulación. Hoy dichas operaciones militares, son estrictamente operaciones cuasi quirúrgicas, emulan al mundo militar con el campo de la medicina, atacando blancos precisados con mucha anterioridad, llevadas a cabo con finas estrategias y tecnologías utilizadas para tal fin y evitar la menor cantidad de daños colaterales posibles, y de haber bajas, serán precisamente las que el carnicero y su banda chavista se disponga a hacer contra la población civil, ese ha sido su plan siempre, causar el terror y la muerte. Quien observa que se equivoca, y lo hace de buena fe, pues rectifica. El chavismo vino a matar y lo hacen con toda la mala intención. De allí la máxima irrefutable:

Más chavismo = Más muerte

Por: Orlando Figuera

@ofiguera

orlando.figuera@gmail.com

Archivólogo y MSc en Comunicación Social de la UCV

Profesor en la Escuela de Bibliotecología y Archivología de la Facultad Humanidades y Educación, UCV

REFERENCIAS

[1] Kurmanaev, Anatoly (2019). Venezuela’s collapse is the worst outside of war in decades, economists say. En: The New York Times [Periódico en línea]. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2019/05/17/world/americas/venezuela-economy.html (Consultado en mayo 18, 2019).

[2] EVTV Miami (2019). ¿Eres parte de la diáspora digital tóxica? Habla Moisés Naím – Aló B Noches EVTV – 05/21/19. En: EVTV Miami [Video en línea]. Recuperado de: https://youtu.be/M-uC0ZS1daY (Consultado en mayo 21, 2019).

[3] Pineda Sleinan, Julett (2019). Muere niño a la espera de un trasplante de médula en el J.M. de los Ríos. En: Efecto Cocuyo [Medio digital]. Recuperado de: http://efectococuyo.com/salud/muere-nino-con-leucemia-en-el-j-m-de-los-rios-a-la-espera-de-un-trasplante-de-medula/ (Consultado en mayo 6, 2019).

[4] Maduradas (2019). Murió el estudiante de la UCV Gustavo Ramayo tras padecer rara enfermedad respiratoria por inhalar gases lacrimógenos en protestas. En: Maduradas [Medio digital]. Recuperado de: https://maduradas.com/doloroso-murio-estudiante-la-ucv-gustavo-ramayo-tras-padecer-rara-enfermedad-respiratoria-inhalar-gases-lacrimogenos-protestas/ (Consultado en mayo 20, 2019).

[5] Clark, Wesley K. (2019). What Happens When Our Leaders Lack Moral Courage: Power is acting for good — and knowing when you should. En: The New York Times [Periódico en línea]. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2019/05/23/opinion/power-moral-courage.html (Consultado en mayo 23, 2019).

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Cambio Universitario. Junio, 2019

https://cambiouniversitario.wordpress.com/

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